Un buen contenido digital educativo debe tener las siguientes características:
Relevancia: el contenido debe estar relacionado con los intereses, las motivaciones y las necesidades del alumnado, así como con los objetivos de aprendizaje y el currículo.
Interactividad: el contenido debe favorecer la participación activa del alumnado, mediante actividades, ejercicios, cuestionarios, juegos, etc. que estimulen su atención, su reflexión y su feedback.
Multimedia: el contenido debe combinar diferentes formatos y recursos, como texto, imagen, audio, vídeo, animación, etc. que enriquezcan la presentación y la comprensión del material.
Accesibilidad: el contenido debe ser fácil de encontrar, de usar y de entender, con una adecuada adaptación a las características y las preferencias del alumnado, así como a los requisitos técnicos y legales.
Personalización: el contenido debe permitir la adaptación y la modificación del material, según el ritmo, el nivel, el estilo y el progreso de aprendizaje del alumnado, ofreciendo diferentes opciones y alternativas.
Colaboración: el contenido debe fomentar el trabajo en equipo y el intercambio de ideas, opiniones y experiencias entre el alumnado, mediante herramientas de comunicación y de cooperación.
